viernes, 15 de febrero de 2013

Notas sobre la recreación histórica III


LAS PERSONAS QUE PARTICIPAN EN LOS GRUPOS DE RECREACIÓN HISTÓRICA (III)

Por David Sandoval

Un último apartado del que quería hablar es el de la gente que realiza recreación histórica. Se podría decir que existen tantas motivaciones como personas, pero a lo largo de los años de participación, me atrevería a reducir dichas motivaciones a unas pocas, añadiendo mi valoración personal, desde la experiencia, de cuáles me parecen negativas para afrontar dicha afición. No es un resumen exhaustivo, ni mucho menos.
La primera y motor principal es, siempre, la curiosidad. Querer conocer, saber, entender... el músculo del conocimiento que siempre ha sido y será motivo de avance. ¿Quién no ha tenido un libro en sus manos y ha querido ver lo que narraba el autor, situando la acción en la Alejandría de Cleopatra o en la Atenas de Pericles? ¿quién no deseó ser Tito Pullo en la serie de "Roma" o Alejandro Magno en alguna de sus hazañas? ¿nadie deseó charlar con Claudio o con Nerón? la curiosidad es, por tanto, la motivación que creo está en todos, en mayor o menor grado.
Asociación cultural Arraona Romana. (Sabadell)

Una motivación es también el deseo de conocer con exactitud lo que fue. Se puede desgajar de la anterior, pero es tan particular, que prefiero darle entidad propia. El afán de detalle, de exactitud, es lo que permite hablar con mayor concreción del mundo. Igual que un botánico no habla de "un árbol", a un recreacionista no le vale hablar de "una espada" o "una prenda", sin más. Quiere conocer, blandir ese arma o vestir esa prenda. Necesita entender cómo, por qué se usaba de una manera y no de otra, qué influencia tenía el clima, el entorno, la sociedad, la religión, la economía, los valores... esta motivación suele darse sobre todo en académicos e investigadores.
Ibercalafell,  Calafell (Tarragona)

Otra motivación, totalmente legítima, es la lúdica. Igual que soñamos con Pericles, Cleopatra, Alejandro Magno o Julio César, también muchos quieren ser ellos. Interpretar durante unas horas a un legionario romano, veterano y curtido, o a un general victorioso, a un hábil político... son tentaciones que todos tenemos desde niños, donde ya emulábamos a nuestros héroes. Esta motivación, como digo legítima, es lúdica y por tanto agradable en tanto no trascienda y se convierta en obsesión y peligrosa desubicación. También la comparten, en mayor o menor grado, la mayor parte de los aficionados a la recreación histórica.
Evocati Apri Scipioni, Sant Climent (Barcelona)

Lvdi Laietani, Sant Cugat (Barcelona)

Hay una motivación que debo calificar, desde el inicio, de nociva para la recreación histórica. Es la ideológica. Existe, por parte de bastantes personas, la intencionalidad de dar legitimidad a sus opciones políticas mediante el uso y recurso del pasado como elemento fundamental. "Así fue desde..." es la frase que, más o menos reproducida, buscan con su transliteración del pasado. Dicha motivación es, como he dicho, peligrosa. Desvirtúa en gran medida la intencionalidad original (conocer el pasado) y es fuente de graves conflictos.


Hay también una motivación del ego, entendida como deseo de destacar. No es especialmente negativa si se sabe desarrollar con proporcionalidad. Numerosas personas, en aficiones como esta, de clara necesidad socializadora y pública, desean destacar sobre sus compañeros, ya sea con exhibición de mayores recursos, conocimientos u otras habilidades. Como tal, es aceptable, siempre que no entorpezca el desarrollo del grupo de trabajo. Y todos reconocemos rápidamente a los personajes con más ego...
Ibercalafell, AtheneaPromakhos (Zaragoza) e Iboshim (Ibiza)

Se puede añadir una motivación de ocio. La necesidad de realizar una actividad en común con otras personas, disfrutando de un tiempo de esparcimiento donde uno pueda evadirse de la cotidianeidad. Esta también es positiva y deseable, pues el ser humano requiere de distracción, y qué mejor que mediante una afición que aúna cultura, investigación, conocimiento y diversión.
Pueden indicarse otras motivaciones, pero estas son, para mí, las más destacadas y reconocibles. Sin duda, si el lector es participante en algún grupo, reconocerá en los otros alguna de ellas, e incluso, con un poco de introspección, en sí mismo.

    Investigar para conocer,
                                         conocer para divulgar,
                                                                           divulgar para preservar.